Los expertos en nutrición no paran de decirlo una y otra vez: el desayuno es la comida más importante del día, esa que nos debe aportar la energía necesaria para afrontar el resto de la jornada. Conscientes de ello, los hoteles se esfuerzan en ofrecer un servicio cada vez más completo y a gusto de sus clientes, sean cuales sean sus preferencias o condiciones de salud. Es ahí cuando el buffet cobra protagonismo.
¿Pero son todos los buffet iguales? Evidentemente no, y no solo por la variedad de los alimentos que se ofrezcan, también por su calidad y su frescura. Por ello, es uno de los aspectos que se deben valorar especialmente dentro de los servicios que ofrece el establecimiento. No hay que olvidar, además, que el desayuno no siempre está incluido en el precio de la habitación.
¿Buffet de desayuno sí o no?
Es la pregunta que se hacen muchas personas a la hora de contratar el hotel para su viaje de trabajo o placer. El precio del buffet es más elevado que el de un desayuno normal, y tiene su lógica, ya que el cliente no solo tiene una gran variedad de alimentos para elegir, sino que puede comer tanto como desee.
Y no solo eso, también hay que valorar la comodidad. Poder tomar el desayuno sin salir del hotel evita desplazamientos innecesarios en lugares que normalmente no se conocen. Y a ello hay que añadir que cualquier buffet de hotel suele tener horarios muy amplios.
Además, tanto si es un viaje de placer como si lo es de trabajo, es importante comenzar el día con las reservas de energía llenas gracias un buen buffet de desayuno. En el caso de viajes de ocio, porque lo normal es que por delante tengamos un día intenso de visitas o actividades. Y, en el caso de viajes por motivos laborales, porque en ocasiones no se sabe con certeza a qué hora se podrá comer o de qué manera.
¿Cómo debe ser el buffet del desayuno?
Un buen desayuno de buffet puede convertirse en una de las razones para volver a hospedarse en el hotel o tacharlo de la lista para siempre. ¿Qué es lo que se debe valorar especialmente?
El café: sin duda, es el primer protagonista de la mayoría de los desayunos, y para un amante de esta bebida, no hay nada peor que un café de mala calidad. Hoy en día esto se soluciona fácilmente con las máquinas de cápsulas, por eso, conviene preguntar si las hay en el buffet.
Panes y dulces: son los reyes del desayuno continental. Que haya variedad y que sean recientes es esencial.
Desayuno completo: con panceta, huevos, judías… no a todo el mundo le agrada, pero cualquier buffet de desayuno debe incluirlo.
Zona saludable: además de las frutas frescas y los zumos naturales, un buen buffet de desayuno debe contar con espacio para quienes cuidan especialmente su salud, y también para clientes con alergias o intolerancia alimentarias.
¿Qué más se debe pedir a un buffet de desayuno? Un servicio de calidad con personal profesional y agradable. No hay que olvidar que no todo el mundo se levanta de buen humor, y tener a una persona amable que atienda las peticiones de los clientes siempre es un valor añadido.
Evidentemente, si es la primera vez que uno se aloja en un hotel, es difícil contrastar estas cuestiones. Pero es importante hacerlo, sobre todo cuando el desayuno no entra en el precio de la habitación y hay que pagar el buffet. Sin embargo, en la era de Internet es muy sencillo informarse. Nada como buscar opiniones de otros clientes para hacerse una idea y dejar la propia para que los que lleguen después sepan qué les espera.