Todos los hoteles tienen algo en común: en ellos la gente duerme y paga por hacerlo. Sin embargo, más allá de esta obviedad, cada persona es un mundo y cada mundo busca un tipo de hotel diferente.
Por eso, encontramos que a la hora de reservar un hotel hay varios perfiles de usuarios. Cada uno de ellos reserva un hotel movido por unas razones y busca algo que no es, necesariamente, lo que buscan los demás. Por eso, a la hora de hacer que nuestro hotel crezca, es necesario entender cuáles son estos perfiles y así poder orientar nuestros productos y servicios a lo que buscan. En este artículo os traemos una tipologia de los principales clientes que existen.
¿Qué tipo de clientes hay en un hotel?
- Familia: Está claro que uno puede ser un ejecutivo durante todo el año pero, a la hora de viajar en familia, nos transformamos en este tipo de cliente. Se trata de personas que viajan con niños y, por lo tanto, aprecian un tipo de servicios que a otros clientes les importarían menos. Por ejemplo, es importante para la gente que pertenece a este tipo que haya camas supletorias, que exista en el restaurante del hotel un menú infantil o, idealmente, que haya una zona de juegos o algo con lo que los niños puedan entretenerse.
- Ejecutivo o trabajador: Éste es el perfil más frecuente de lunes a viernes. Se trata de personas que trabajan y que deben viajar por asuntos de negocios. Generalmente lo hacen con una agenda muy apretada y llena de reuniones y actividades por lo que suelen sólo volver al hotel a dormir. Este tipo de clientes valora poder seguir con su rutina de ejercicios (Si es que lo hace), la facilidad de acceso al lugar donde trabaja o se reúne, el servicio de habitaciones y el poder comer a cualquier hora si se retrasa la reunión más de lo previsto. Además, siempre apreciarán cualquier cosa que en el hotel les haga sentir en casa.
- Lujo/Desconexión: Este otro perfil de cliente es el más habitual en hoteles y resorts situados en las costas cálidas y turísticas. Sin embargo, también podemos verlos en grandes ciudades como París o Barcelona. Se trata de un tipo de cliente para el que el desconectar es fundamental. No desea hacer ningún tipo de esfuerzo y quiere contar con todos los mimos y cuidados posibles: valoran especialmente la piscina, el hammam, el servicio de habitaciones y, en general, cualquier cosa que los haga sentir como un dios durante unos días.
- Viajero: Los viajeros son el tipo de huésped para el que el hotel tiene menos importancia ya que sólo lo entienden como un lugar en el que van a dormir y poco más. En general aprecian el desayuno fuerte que les permita empezar el día sin tener que perder el tiempo buscando una cafetería y, sobre todo, aprecian el poder estar cerca de la zona más turística o que quieran visitar. También les encanta que el hotel les proporcione planos, guías y mapas de la ciudad pues han venido a descubrir la ciudad y no el hotel.